viernes, 14 de noviembre de 2014

Crónicas de Apaña III:

Desde la última crónica en la que trasparecía la creciente preocupación por el estallido pacífico de la rebelión lacatona, han ocurrido hechos trascendentales que han dotado de mayor dimensión a aquella. El pasado mes de veranesque, coincidiendo con el segundo o tercer veranillo que siempre se sucede en el extraño clima apañol, advino a este modesto reino el epidémico Mal de Lébulans. Este hecho se produjo a consecuencia de la luctuosa repatriación del moribundo monje hospilatario, Don Clarégico Segismundum, antes destinado en el Congo Belga en misión humanitaria y que, al ser tratado en el International Sainetial Jospital Central de Burnete, propició el contagio a varios de los médicos que lo trataban. Al parecer, tras efectuar las rutinarias curas al paciente, el doctor Válgame, ya en la cámara de descompresión inframolecular, se golpeó la cara con un guante infectado, el cual se le quedó pegado y así espetó “¡cachis!”. Al ir despegándolo lentamente, no contó con el latigazo final y golpeó a su asistente, que también dijo “¡cachis!”. A este asistente no le gustó nada la impericia del doctor y empezó a soltarle una somanta de galletas a aquel, que se vino atrás perdiendo el equilibrio y cayendo los dos sobre una pila de trajes de aislamiento limpios, tras lo cual ambos dijeron a la vez “¡cachis!” y huyeron corriendo del lugar. No obstante, al haber quedado todo registrado por las cámaras de inseguridad del centro, ambos facultativos fueron identificados y encuarentenados, siendo aprehendida además, la mascota de uno de ellos, el simpático y de primeras inofensivo perrete Tizón, que sería sacrificado preventivamente. Tras lo acontecido, una vez controlado y aislado el mal, el cruce de acusaciones ha ido in crescendo, pues el Ministrillo de salud, un señor gordo y feo, acusó a los facultativos de “paquetes” y “mataos”, a los que estos respondieron que los trajes de la consejería eran comprados en el Cortecillo Chinesco por ahorrar, y que los guantes eran de esos de Escuchifrite para lavar loza pero que en seco y tras haber estado colgados al sol 3 días, la goma desecha se pegaba más que si la hubieran untado con Lotitis. Total, que estos profesionales han demandado al Ministrillo de Salud, el cual a su vez ha demandado al perro Tizón y ahí se ha parado todo porque el Juez instructor ha dictado un auto inmóvil diciendo que no se puede demandar al muerto.

En otro orden de cosas, este mismo mes se ha producido la dimisión del gallardo Ministro de Injusticia, motivado por el infortunio de su novísima versión del proyecto de ley del atorbo, eufemismo éste que se ha hecho popular derivado de la prohibición de utilizar la palabra real que impone la censura recogida implícitamente en la nueva Ley de Inseguridad ciudadana, también pergeñada por este señor. Dicen que detrás de ello también está su impopularidad y el terrible ascenso a nivel nacional de la nueva fuerza política Veremos, compuesta por unos señores que proponen un calafato respubicano marchisto lenonista, que no leninista, que quiere realizar cambios profundos para que todos andemos en bicicleta, comamos menos porque hay mucho gordo y se acabe la corrupción. Quizá también este hecho de las corruptelas hace tambalearse a la mayoría gobernante, el Partido Impopular, tras conocerse que en una semana han sido imputados 600.000 alcaldes de Apaña por fechorías cometidas en el ejercicio de sus cargos. Esto es grave porque en Apaña sólo hay unos 10.000 munícipes, por lo que se cree que hay gente que ha venido de fuera a robar también, para ayudar un poquito.

El Presidente, ese señor de los puros, preocupado por el vacío que deja aquel ministro que debía combatir la rebelión lacatona con demanditas, ha substituido a éste poniendo a un payaso de trapo en su lugar, el cual consta de una cabeza de globo con las facciones pintadas a Rotrings y un cuerpo hecho de retales. Tras el nombramiento, el señor de los puros en un mensaje radiofónico, ha advertido al pueblo “hacedle caso al payaso, eh?, que no me entere yo…”

En cuanto a la cuestión lacatona, el anterior ministro había impugnado al Alto Tribunal el referéndum convocado por el Ministrillo Primero de Lacatonia, por lo que éste lo substituyó por una consulta que también fue impugnada, tras lo cual el Primer lacatón convocó a los lacatones “tal día a tal hora ya haremos algo y ya sabéis lo que quiero decir”. Como quiera que el señor de los puros no comprendía este desvarío, preguntó a sus asesores, los cuales respondieron que el Ministrillo Primero lacatón debe de estar sin duda infectado por el Mal de Lébulans y por eso ha perdido el juicio, a lo que el señor de los puros preguntó si Lébulans era un personaje del Señor de los Pestiños. Tras la extraña pregunta se siguió un incómodo silencio de todos los presentes y los grillos cantaron felizmente.

Celebrada la consulta, a la que sólo acudieron a votar los partisanos del Ministrillo Primero de Lacatonia, y al ver éste que no lo enchironan ni nada, ha sacado pecho, ha dicho que va a seguir, que declarará la independencia de Lacatonia desde el váter, que después se anexionará Apaña y que volverá a poner la capital donde estaba, cambiándole el nombre al Imperio Lacatón por el de Nueva Apaña y coronándose él como rey de todo. El mono-arca que reina actualmente, no ha hecho declaraciones.

En medio de este caos ha surgido un personaje llamado Little Nick, que se hacía pasar por influyente personaje con contactos incluso en Pradogolfo y cuya amante, la popular modelo conocida como La Pechotes que verdaderamente mueve los hilos del susodicho, al ser detectado y acorralado su imberbe amigo, ha dicho que él es un mozo muy formal, que nunca falta a sus clases, que siempre ha ido con la verdad por delante y ha añadido un mensaje para todos los apañoles, asegurándoles que todo va a ir bien y que estén tranquilos porque ellos lo arreglarán todo con la ayuda de los servicios secretos. Tras estas declaraciones, la opinión pública y un sector del gobierno empiezan a sospechar que quién realmente gobierna Apaña desde la sombra es La Pechotes.

Ante la extrema gravedad de la situación nacional, muchos buscan el origen de todos los males en la figura de un presentador de informativos que un día se quitó la corbata y presentó las noticias en plan sport. Es por eso que ahora toda la sociedad en vilo busca un líder, especialmente tras el fiasco del nombramiento como líder de la oposición del Bello Paco López, una figura del museo de cera hueca por dentro y que ha defraudado a todos. Tras este chasco, todas las miradas se han posado en el elegante hombre del tiempo de la Radiotelevisión Apañola, un señor de los de antes, que enfundado en su traje de sastrería y su impecable corbata Westminster, ha respondido a los llamamientos manifestando solemnemente que las bajas presiones permiten pronosticar el acercamiento de un frente borrascoso por el oeste y que en tiempos tan difíciles en que los pilares de nuestra sociedad se resquebrajan, debemos dejar de mirar a los gobiernos, a los políticos y a nuestros convecinos regionales en busca de culpables y enemigos, y debemos mirarnos más a nosotros mismos, impulsando una revolución ética desde nuestro interior, mirando desafiadoramente a ese enanito mezquino que se agazapa en nuestra alma, y mirándonos al espejo como sociedad desde el exterior. Tenemos que matar al héroe caído y corrupto en el que creíamos y poner al frente al antihéroe imperfecto pero honesto y trabajador que todos los ciudadanos de bien somos en potencia. Toda la historia del hombre es una mera cuestión evolutiva y desde siempre el corrompido y cansado hombre viejo ha tenido que inmolarse para dejar paso a ese hombre nuevo que en su cuna se ve indefenso pero cuya materia sin duda es mejor, su pasta no es de la vieja casta y su aparente intrascendencia es el futuro de la siguiente generación. Es esta generación a la que invoco, para que se una y destierre a los mediocres y ruines que tienen secuestrada la bienintencionada voluntad de nuestra sociedad y así entre todos podamos conquistar el futuro. Un futuro alternativo al que nos propone el abyecto hombre gris, un futuro en el que a nadie falta nada y en el que nadie porfíe, enarbole banderas o se erija en salvador porque verdaderamente ya no lo necesitemos. Un futuro en el que podamos volver a pisar la luna con orgullo sabedores de que nadie muere ya de hambre en la tierra.

 El insigne hombre del tiempo ha terminado su visionaria soflama recordando que nos abriguemos, porque este fin de semana bajarán las temperaturas.

¡Oh hombre del tiempo, tus palabras son nuestra música y tus pisadas nuestro camino!¡Guíanos en la penumbra!¡Muéstranos la luz!¡Viájanos al futuro!

Sin otro particular, este redactor quiere subrayar su total imparcialidad respecto de cualquier opción política.

En Apañamente, porlossiglosdelossiglos Por-vernir.
Fdo: Robespierre Dospistolas.

Nota (del hombre del tiempo): ¡No habéis entendido nada insensatos!

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