Desde la última crónica en la que trasparecía la creciente
preocupación por el estallido pacífico de la rebelión lacatona, han ocurrido
hechos trascendentales que han dotado de mayor dimensión a aquella. El pasado
mes de veranesque, coincidiendo con el segundo o tercer veranillo que siempre
se sucede en el extraño clima apañol, advino a este modesto reino el epidémico Mal
de Lébulans. Este hecho se produjo a consecuencia de la luctuosa repatriación
del moribundo monje hospilatario, Don Clarégico Segismundum, antes destinado en
el Congo Belga en misión humanitaria y que, al ser tratado en el International
Sainetial Jospital Central de Burnete, propició el contagio a varios de los
médicos que lo trataban. Al parecer, tras efectuar las rutinarias curas al
paciente, el doctor Válgame, ya en la cámara de descompresión inframolecular,
se golpeó la cara con un guante infectado, el cual se le quedó pegado y así
espetó “¡cachis!”. Al ir despegándolo lentamente, no contó con el latigazo
final y golpeó a su asistente, que también dijo “¡cachis!”. A este asistente no
le gustó nada la impericia del doctor y empezó a soltarle una somanta de
galletas a aquel, que se vino atrás perdiendo el equilibrio y cayendo los dos
sobre una pila de trajes de aislamiento limpios, tras lo cual ambos dijeron a
la vez “¡cachis!” y huyeron corriendo del lugar. No obstante, al haber quedado
todo registrado por las cámaras de inseguridad del centro, ambos facultativos
fueron identificados y encuarentenados, siendo aprehendida además, la mascota
de uno de ellos, el simpático y de primeras inofensivo perrete Tizón, que sería
sacrificado preventivamente. Tras lo acontecido, una vez controlado y aislado
el mal, el cruce de acusaciones ha ido in
crescendo, pues el Ministrillo de salud, un señor gordo y feo, acusó a los
facultativos de “paquetes” y “mataos”, a los que estos respondieron que los
trajes de la consejería eran comprados en el Cortecillo Chinesco por ahorrar, y
que los guantes eran de esos de Escuchifrite
para lavar loza pero que en seco y tras haber estado colgados al sol 3 días, la
goma desecha se pegaba más que si la hubieran untado con Lotitis. Total, que estos profesionales han demandado al Ministrillo
de Salud, el cual a su vez ha demandado al perro Tizón y ahí se ha parado todo
porque el Juez instructor ha dictado un auto inmóvil diciendo que no se puede
demandar al muerto.
En otro orden de cosas, este mismo mes se ha producido la
dimisión del gallardo Ministro de Injusticia, motivado por el infortunio de su
novísima versión del proyecto de ley del atorbo, eufemismo éste que se ha hecho
popular derivado de la prohibición de utilizar la palabra real que impone la
censura recogida implícitamente en la nueva Ley de Inseguridad ciudadana,
también pergeñada por este señor. Dicen que detrás de ello también está su
impopularidad y el terrible ascenso a nivel nacional de la nueva fuerza
política Veremos, compuesta por unos
señores que proponen un calafato respubicano marchisto lenonista, que no
leninista, que quiere realizar cambios profundos para que todos andemos en
bicicleta, comamos menos porque hay mucho gordo y se acabe la corrupción. Quizá
también este hecho de las corruptelas hace tambalearse a la mayoría gobernante,
el Partido Impopular, tras conocerse que en una semana han sido imputados
600.000 alcaldes de Apaña por fechorías cometidas en el ejercicio de sus
cargos. Esto es grave porque en Apaña sólo hay unos 10.000 munícipes, por lo
que se cree que hay gente que ha venido de fuera a robar también, para ayudar
un poquito.
El Presidente, ese señor de los puros, preocupado por el vacío
que deja aquel ministro que debía combatir la rebelión lacatona con demanditas,
ha substituido a éste poniendo a un payaso de trapo en su lugar, el cual consta
de una cabeza de globo con las facciones pintadas a Rotrings y un cuerpo hecho
de retales. Tras el nombramiento, el señor de los puros en un mensaje
radiofónico, ha advertido al pueblo “hacedle caso al payaso, eh?, que no me
entere yo…”
En cuanto a la cuestión lacatona, el anterior ministro había
impugnado al Alto Tribunal el referéndum convocado por el Ministrillo Primero
de Lacatonia, por lo que éste lo substituyó por una consulta que también fue
impugnada, tras lo cual el Primer lacatón convocó a los lacatones “tal día a
tal hora ya haremos algo y ya sabéis lo que quiero decir”. Como quiera que el
señor de los puros no comprendía este desvarío, preguntó a sus asesores, los
cuales respondieron que el Ministrillo Primero lacatón debe de estar sin duda infectado
por el Mal de Lébulans y por eso ha perdido el juicio, a lo que el señor de los
puros preguntó si Lébulans era un personaje del Señor de los Pestiños. Tras la
extraña pregunta se siguió un incómodo silencio de todos los presentes y los
grillos cantaron felizmente.
Celebrada la consulta, a la que sólo acudieron a votar los
partisanos del Ministrillo Primero de Lacatonia, y al ver éste que no lo
enchironan ni nada, ha sacado pecho, ha dicho que va a seguir, que declarará la
independencia de Lacatonia desde el váter, que después se anexionará Apaña y
que volverá a poner la capital donde estaba, cambiándole el nombre al Imperio
Lacatón por el de Nueva Apaña y coronándose él como rey de todo. El mono-arca
que reina actualmente, no ha hecho declaraciones.
En medio de este caos ha surgido un personaje llamado Little
Nick, que se hacía pasar por influyente personaje con contactos incluso en
Pradogolfo y cuya amante, la popular modelo conocida como La Pechotes que
verdaderamente mueve los hilos del susodicho, al ser detectado y acorralado su
imberbe amigo, ha dicho que él es un mozo muy formal, que nunca falta a sus
clases, que siempre ha ido con la verdad por delante y ha añadido un mensaje
para todos los apañoles, asegurándoles que todo va a ir bien y que estén
tranquilos porque ellos lo arreglarán todo con la ayuda de los servicios
secretos. Tras estas declaraciones, la opinión pública y un sector del gobierno
empiezan a sospechar que quién realmente gobierna Apaña desde la sombra es La
Pechotes.
Ante la extrema gravedad de la situación nacional, muchos
buscan el origen de todos los males en la figura de un presentador de
informativos que un día se quitó la corbata y presentó las noticias en plan
sport. Es por eso que ahora toda la sociedad en vilo busca un líder,
especialmente tras el fiasco del nombramiento como líder de la oposición del
Bello Paco López, una figura del museo de cera hueca por dentro y que ha
defraudado a todos. Tras este chasco, todas las miradas se han posado en el
elegante hombre del tiempo de la Radiotelevisión Apañola, un señor de los de
antes, que enfundado en su traje de sastrería y su impecable corbata Westminster,
ha respondido a los llamamientos manifestando solemnemente que las bajas
presiones permiten pronosticar el acercamiento de un frente borrascoso por el
oeste y que en tiempos tan difíciles en que los pilares de nuestra sociedad se
resquebrajan, debemos dejar de mirar a los gobiernos, a los políticos y a
nuestros convecinos regionales en busca de culpables y enemigos, y debemos mirarnos
más a nosotros mismos, impulsando una revolución ética desde nuestro interior,
mirando desafiadoramente a ese enanito mezquino que se agazapa en nuestra alma,
y mirándonos al espejo como sociedad desde el exterior. Tenemos que matar al héroe
caído y corrupto en el que creíamos y poner al frente al antihéroe imperfecto
pero honesto y trabajador que todos los ciudadanos de bien somos en potencia.
Toda la historia del hombre es una mera cuestión evolutiva y desde siempre el corrompido
y cansado hombre viejo ha tenido que inmolarse para dejar paso a ese hombre nuevo
que en su cuna se ve indefenso pero cuya materia sin duda es mejor, su pasta no
es de la vieja casta y su aparente intrascendencia es el futuro de la siguiente
generación. Es esta generación a la que invoco, para que se una y destierre a
los mediocres y ruines que tienen secuestrada la bienintencionada voluntad de nuestra
sociedad y así entre todos podamos conquistar el futuro. Un futuro alternativo
al que nos propone el abyecto hombre gris, un futuro en el que a nadie falta
nada y en el que nadie porfíe, enarbole banderas o se erija en salvador porque
verdaderamente ya no lo necesitemos. Un futuro en el que podamos volver a pisar
la luna con orgullo sabedores de que nadie muere ya de hambre en la tierra.
El insigne hombre del
tiempo ha terminado su visionaria soflama recordando que nos abriguemos, porque
este fin de semana bajarán las temperaturas.
¡Oh hombre del tiempo,
tus palabras son nuestra música y tus pisadas nuestro camino!¡Guíanos en la
penumbra!¡Muéstranos la luz!¡Viájanos al futuro!
Sin otro particular, este redactor quiere subrayar su total
imparcialidad respecto de cualquier opción política.
En Apañamente, porlossiglosdelossiglos Por-vernir.
Fdo: Robespierre Dospistolas.
Nota (del hombre del tiempo): ¡No habéis entendido nada
insensatos!
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