viernes, 8 de noviembre de 2013

La inevitable soledad de un hombre armado. Capítulo 21

Una casa en el bosque. Niebla. Frío. Un grito mudo. Sombras que me acechan. Helado. Corro. Carla grita pero no la encuentro. A lo lejos. Luces brillantes. No! Sal de ahí! Grita mi nombre. Ya no veo nada. No hay luces. El bosque está en calma. Tengo mucho frío. Carla! 
Me levanto sobresaltado. Lo primero que hago es buscar a Carla. Duerme. Como siempre su figura se dibuja en las sábanas. Joven, tersa, perfecta. Porque estaba en mi sueño? Es la preocupación. Mi nueva obsesión. Mi nueva vida. No me la quitaran. 

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