martes, 5 de noviembre de 2013

La inevitable soledad de un hombre armado. Capítulo 18

Ha sido esta mañana. Cuando me he levantado tenía el temido mensaje en mi buzón de voz. Las mismas coordenadas. La misma voz. Queda menos de un mes y no estoy preparado. He cambiado mi entrenamiento por tiempo. Tiempo de estar con Carla. He cerrado con llave el armario de las armas. Ojalá nunca hubiera recibido el mensaje. Pero ahora si parece que va en serio. Y más dudas me asaltan. Si se trata del fin del mundo no debería preocuparme. ¿Pero que tengo yo que ver en todo esto? Hasta hace poco mi falta de empatía me clasificaba como ameba, y ahora soy una persona normal. Compro pan si voy a comer algo con salsa. Utilizo la escobilla del wc. Me miro en el reflejo de los escaparates. Incluso he pensado en comprar un perro. Quizá deba prepararme ahora más que nunca. Quizá deba proteger a mi mujer. Pero, ¿de que? Me espera un día duro, las dudas han vuelto, las voces de mi cabeza empiezan a susurrar. Callaos! 

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