viernes, 11 de octubre de 2013

La inevitable soledad de un hombre armado. Capítulo 5

Hace mucho calor. Esta todo muy oscuro, mis ojos aún no se han acostumbrado a la falta de luz. Noto algo húmedo bajo mis pies. Estoy descalzo, no, estoy desnudo. Tengo 9 años. Estoy solo. Poco a poco voy recuperando la visión. Estoy encerrado en un cuarto pequeño, me cuesta mucho respirar y descubro el porque; tengo el pecho abierto, una herida abierta deja salir litros de sangre de mi pequeño cuerpo, intento gritar pero en lugar de mi voz surge un rugido aterrador. De la herida surge una cabeza y después todo el cuerpo. Es una mujer joven, preciosa, desnuda; me sonríe y me susurra: despierta... 
La falta de comida me esta afectando más de lo que creía, me armare de valor y saldré a la calle. No se cuantos días llevo encerrado en casa. Mi refugio. 

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