sábado, 24 de febrero de 2007

Carnaval á portuguesa:














Carnaval á portuguesa:

Gira, gira, gira el carrusel montado sobre una carroza y lanza bolas de papel a los niños disfrazados de señores con bigotes y barriga que fuman puros; a sus padres de sus madres mascarados y a las mamás ataviadas cuales reinas moras de feria.
Una comparsa de “trekis” de polispan reduce a lonchas confitadas los emolumentos del caballo de la carroza de los “ciganos”, cuyos latigazos alcanzan a los sabrosones de la “van” cargadita de varoniles efebos de furcias travestidos.
Ya llegan los bomberos y de jefe, el mismísimo Presidente de la República y no es para menos, el primer ministro de apaga fuegos pero, ¡oh, no!, hace su aparición en escena la inmisericorde lluvia portuguesa, esa que cala fino unas veces y otras empapa hasta al más fino pero que, en unas y en otras, hiede siempre a mar.
Espantan-se los gigantes de pantomima que corren a refugiarse bajo las arcadas en donde un ramillete de monjitas entrenan sus cánticos con otro tipo de arcadas, al unísono. El vino ya causa estragos y las bandas de charanga se desvanecen como un “walkman” sin pilas, al ritmo de una samba salteada con toques de fanfarria local, borracha de la bacanal de lluvia teñida por el licor en que se convierten las caras desfiguradas de una pléyade de payasos “amateur”.
La fiesta ya se acaba y mañana nos entierran. Consigo ver ya a lo lejos la comparsa de fuego de las plañideras. Cuando el fuego devore al ahorcado e impregne el cielo con estrellas de colores, volverá el padre de familia a ser respetable, la monja a ser sólo un borracho expulsado del paraíso, la carroza a furgoneta de reparto, las moras de nuevo serán tristes “matarruanas”, los gigantes serán enanitos, los putones revertirán en usuarios casados del mismo servicio y los niños… Los niños volverán a ser niños y no sabrán hasta ser adultos lo que sus padres disfrutaron quitándose la mascara en carnaval y tornando carnal el disfraz de sus verdaderos sueños.

Despedida y cierre.
Torres Vedras, sine die.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jo... este año casi no he disfrutado ni del carnaval ni del entierro de la sardina... con lo guapo que estaba yo el año pasado con mi disfraz de Peter pan (se me acaba de ocurrir un post con ello!)