Estoy triste.
Estoy triste porque he tenido que cambiar el pin de mi tarjeta de crédito y me gustaba más el otro. Me he puesto más triste al ver el desprecio de los transeúntes transmutantes hacia los pájaros que con todo su amor cagan en los impecables trajes de aquellos. Me embarga la tristeza y me saltan las lágrimas al ver que el precio del detergente marca Dia ha subido y me he hundido definitivamente al ver que me ha caducado el bono de descuento que tenía en las gasolineras Galp sólo este mes. Estoy triste también porque el verano se acaba y ahora viene el vertoño.
En realidad no estoy triste por nada de lo anterior, sino por todo y por nada, que es como lo anterior pero elevado al cubo. Por eso es bueno practicar un exorcismo en alguna de las dos maneras posibles: escribir un texto sin sentido contra una melancolía sin sentido o bien matar un pollo, hacer un círculo con su sangre e invocar a San Sonite, patrón de los viajeros cuyas maletas se extraviaron en el aeropuerto de Helsinki.
Como se puede apreciar, he optado por la primera variante y me siento mejor, mucho peor.
Cambiando de tema radicalmente, informo a nuestro público que la cotización internacional en el mercado sexual por el precio de la mamada simple sin polvo ha alcanzado hoy su máximo del mes al llegar a los 100 €/servicio, toda vez que Agosto es tradicionalmente el mes donde se registran los mayores incrementos en este sector por causa del período vacacional.
He dicho.
Mr.X. en Lisbolas, a 100 € de la felicidad.
And now, music…
1 comentario:
Impresionante documento y no peor final musicado. Espero que la melancolía encuentre un agujero por donde escapar y no se lleve los 100 euros de la felicidad.
Un saludo y ánimo hombre que con otros 100 euros el disfrute es el doble ;-P
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