miércoles, 18 de abril de 2007

No sé que hacer...

¿No has tenido nunca la sensación de que, aunque el futuro sea incierto, hay una especie de línea invisible que te lleva irremediablemente a un destino que intuyes desde siempre?

A mí me pasa constantemente.
Hoy circulaba por la autopista como de costumbre, pero el intenso sol y el calor hacían del paisaje algo tan contrario a la tiniebla que el misterio que envuelve al destino se tornaba blanco como una tiza partida y en cada corte se veían, como en las líneas de las manos ven las videntes, sombras de sucesos que tiñen con marcas de agua el blanco de la tiza. La sensación se amplifica con el sol, el calor, el ronroneo del motor y la jodida autopista que parece no tener fin. Me fumo un cigarro y se me pasa un poco.

Lo peor de eso que intuyes y no ves, que sabes pero que nadie te ha dicho, es que no es bueno ni malo. Sólo “será” y la vida se te hace tan corta, que no te apetece vivir el resto.

Pero sigues. Porque sabes que no puedes escapar a la rutina que te ata a la tiza con la que ya llevas pintada quien sabe si la mitad o más (o menos) de la línea imaginaria que te atormenta. Es tu castigo por jugar a vivir.

Te espero al final de la línea y me cuentas?

Lisboa, 18 de Abril de 2007. Hace mucho calor.

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¿Hay alguien ahí?
En ___________ a __ de _____________ de ________

Final de la línea
(a rellenar por el interesado)

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