lunes, 5 de febrero de 2007

Annyong!

"Esta es la historia de una familia rica que lo perdió todo y del único hijo capaz de mantenerlos unidos. Bienvenidos a Arrested Development". La familia Bluth llegó a mi vida preciosamente empaquetada (¡gracias, Iván & Lala!) y ya no me puedo desprender de ella. Por norma general, las sit-coms son familiares (entiéndase como genérico: Friends, M.A.S.H., The Young Ones, etc.) y la creada por Mitchell Hurwitz no es la excepción. Pero tiene el mérito de haber creado a una familia desquiciada, más humana y cercana de lo que parece. Los Bluth no tienen nada que ver con los Conner o los Seaver; ¡son infinítamente mejores! No sabría con quién quedarme porque hasta Michael, "el salvador", es estúpidamente formal (a parte de guapo y soltero, jiji). Quizá porque identifico mi realidad (salvando las distancias físicas y económicas) con la de los Bluth, me parto y me sorprendo con los comentarios salvajes de Lucille (la matriarca) o los rebotes infantiles de Gob (el primogénito). Además, manifiesto mi respeto y total admiración por el gran Dr. Fünke. El problema es que ya me he terminado la primera temporada y en este bonito país no nos han llegado las temporadas restantes. Habrá que... ¡ups! Ni quiero extenderme ni desvelar más datos sobre la serie que produce y narra Ron Howard, pero si os gustan las cosas curiosas y diferentes, os la recomiendo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues nunca me había llamado al atención esta serie pero si dices que esta bien... más que nada porque el nombre de Ron Howard siempre me ha echado para atrás

Por cierto, cuantas actualizaciones desde la última vez que vine!

Anónimo dijo...

Se me olvidaba: buen comienzo de semana!