viernes, 26 de junio de 2015

NOIR III

Debían ser las tres o cuatro de la madrugada. Nuestro contacto llegaba tarde y mi socio se había perdido entre la multitud de aquella taberna inmunda. Calahan presumía de conocer a todo el mundo pero en realidad, su imponente ritmo a la hora de ingerir alcohol le proporcionaba una simpatía poco frecuente en esta ciudad, eso hacía que la gente confiara en el de manera sorprendente; lo cual era perfecto para nuestro trabajo. Yo en cambio, era un tipo de acción. Cuando la amabilidad de Calahan ya no hacia efecto, entonces la firmeza de mis puños entraba en acción. Y creerme si os digo que era necesaria mas veces de las que me hubiera gustado. A la gente no le gustan las preguntas y mucho menos dar información a cambio de unos pavos. 
No se cuanto tiempo estuve con la mirada perdida en mi vaso semi vacío, cuando aquel perfume noqueó por primera vez mis sentidos. 
Nuestro contacto. Mi perdición. 

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