miércoles, 9 de octubre de 2013

La inevitable soledad de un hombre armado. Capítulo 3

Me he levantado con la idea en la cabeza de que necesito ponerme en forma. No soy capaz de subir tres escalones sin sacar medio hígado por la boca. Así que, sin escuchar a mi insistente pereza, me he puesto un viejo chandal que he encontrado en un cajón y he salido a correr. Evidentemente, no he pasado de los 10 minutos; pero es un comienzo. Aún tengo un par de meses hasta mi "encuentro". Estaré listo para lo que pueda pasar. Las posibilidades que rondan mi cinematográfica imaginación son tantas que lo mejor es que siga esta rutina cada día; "por lo que pueda pasar"... 

No hay comentarios: