Maletas perdidas:

Hace tiempo que no escribo y me preocupa que la causa sea la decisión inconsciente de no volver a hacerlo más. Quizá porque no tengo nada de decir o quizá porque plasmar mis reflexiones por escrito era simplemente una fase más de un proceso convulso que ahora se cierra al haber alcanzado plena consciencia de determinadas certezas de la vida. Quizá por este último motivo, inconscientemente he decidido no revelar nada más de mí.

Tras un amargo proceso en el que se mezclan la convalecencia, la soledad y la afirmación personal en valores un tanto menos inocentes, más cínicos pero más míos que los últimos que ingenuamente han dirigido mis actitudes en los últimos tiempos, he llegado a ciertas conclusiones que despejan mi camino de los obstáculos y los límites que uno propio se impone por propia coherencia. El espíritu de supervivencia se sobrepone al sentido de la bondad y la justicia gratuitas y altruistas y se halla una nueva área de descanso para la coherencia y mucha más justicia para con uno mismo, justificándose un cierto egoísmo por la necesidad de reciprocad que nos devuelven las actitudes que encontramos en el comportamiento del prójimo con nosotros.

Una vez superados los obstáculos, liberado de ataduras y responsabilidades para con ese prójimo que con sus propios actos nos exonera, podemos ver un camino mucho más despejado, creando nuestra propia manera de vivir con menos complejos de culpabilidad, escrúpulos y con más dignidad. Se abre un horizonte más amplio, se pisa más fuerte y se gana una cierta clarividencia sin que por ello se sacrifique la humildad que nos permite seguir aprendiendo.

Espero que lo de no escribir quede en rara excepción y me reincorpore nuevamente a este otrora vicio que ha matado mis solitarias noches de un tiempo a esta parte.

Con cariño para mis lectores y para mi prójimo. Que sepáis que os aprecio cada vez menos pero todavía os aprecio.

Mr. X más allá del bien y del mal.