jueves, 24 de abril de 2008

Monos (I)


Han pasado 15 años desde la última vez que cruzamos una mirada. Fue en una de las ramas del árbol caído. Ese mono perturbado estaba tocándose sin prisas, sin vergüenza. Con la mirada perdida en el rojo horizonte. Estaba amaneciendo y empezaba a sentir el calor de un sol verde gigante. Eh! Mono!: -Grité. Y le ofrecí mi sombrero de copa. El mono hizo caso omiso a mi detalle. Seguía tocándose sin parar.

Darwin tenía razón. Los monos son tan humanos como tú.

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